lunes, 24 de enero de 2011

SISTEMA LIMBICO

EL ORIGEN NEUROLOGICO DE LAS EMOCIONES EN LOS SERES HUMANOS

Rodrigo Enríquez Meza, MD.
Docente Facultad de Educación.

Publicado en Revista Tiempos Nuevos #17 de agosto 2010

“El complicado mundo de las emociones incluye una amplia gama de conductas observables, sentimientos expresados y cambios en el estado corporal.”1

El ser humano es emotivo por naturaleza y por ello experimenta sentimientos, acciones emotivas y respuestas fisiológicas corporales conscientes y/o autónomas que se presentan de acuerdo al momento que vive, las experiencias previas, los estímulos provenientes del mundo externo y la herencia biológica. Las emociones por ello son subjetivas y variables, se constituyen en una característica propia de cada persona, y se pueden o no expresar a través del lenguaje oral, escrito o corporal, en ocasiones pueden estar aumentadas o disminuidas y constituir estados patológicos como son la depresión, el síndrome de ansiedad, el trastorno de pánico, el trastorno obsesivo-compulsivo y las alteraciones de la conducta social que a veces pueden producir pérdida del contacto con la realidad y atraer problemas legales y/o sociales que van en contra de la calidad de vida y el estado de bienestar de la persona y la comunidad.

“La emoción es un sentimiento privado y subjetivo. Los seres humanos pueden exhibir una extraordinaria gama de estados, que, a decir de ellos, sienten o experimentan. Estas declaraciones de experiencias subjetivas pueden tener o no indicadores manifiestos.”2

Algunos estudiosos de las emociones las han clasificado en grupos, uno de ello, el doctor Plutchik, en 1994 clasifico las emociones como positivas y negativas de acuerdo a las manifestaciones físicas de las mismas, para ello determinó la existencia de cuatro pares opuestos de emociones de los cuales se derivan las demás teniendo en cuenta la intensidad en la expresión de las mismas. Él considera que los pares de las emociones básicas son la alegría y la tristeza, el agrado y la repugnancia, la ira y el miedo, la expectativa y la sorpresa, de ellas surgen las demás emociones que experimentan los seres humanos a través de su existencia terrenal de acuerdo al momento individual vivido, (ver cuadro 1).

Cuadro 1. Clasificación de las emociones basado en Plutchik, 1994.

Fuente: ROSENZWEIG, Mark; LEIMAN, Arnold y BREEDLOVE, S. Marc. Psicología biológica. Barcelona: Ariel Neurociencia, 2001. p. 555.

Todas las emociones se producen en el encéfalo porque en él hay áreas intercomunicadas que liberan neurotransmisores que actúan en las diferentes partes del mismo para dar origen a los sentimientos, respuestas fisiológicas y acciones emotivas. Estas áreas se conocen en conjunto con el nombre de sistema límbico, debido a su localización en la zona limítrofe del encéfalo, entre la corteza cerebral, sustancia gris formada por cuerpos neuronales periféricos, y las zonas basales en medio de los lóbulos temporales. Este término se ha utilizado desde 1878 cuando el médico francés Paul Broca describió el gran lóbulo límbico ubicado en el borde inferior de la corteza cerebral, del cual afirmaba estaba conformado por tres elementos nerviosos que tenían aspecto de una raqueta, el nervio y bulbo olfatorios eran descritos como el mango de la raqueta, y el giro cingulado y la parte inferior de la circunvolución del hipocampo como la parte superior de la raqueta. Actualmente se ha podido determinar que el sistema límbico tiene forma de la letra C, y se relaciona con varias estructuras cerebrales de las cuales obtiene la información que desencadena las respuestas emotivas y hacia las cuales envía dichas respuestas para ser expresadas o almacenadas en la memoria.

La palabra limbico significa borde. Originalmente, el termino limbico se utilizaba para describir las estructuras del borde en torno a las regiones basales del cerebro, pero a medida que se conocen mejor las funciones del sistema límbico, el termino sistema límbico se ha ampliado para referirse a todos los circuitos neuronales que controlan la conducta emocional y los impulsos motivacionales.3
El sistema límbico está compuesto por varias estructuras cerebrales entre las que se encuentran el lóbulo límbico, formado por la circunvolución del cuerpo calloso, la circunvolución subcallosa y el giro parahipocampal; las formaciones hipocampicas formadas por el hipocampo dorsal e hipocampo ventral (asta de Ammón, cuerpo flagelado, giro dentado y el subsuelo); el complejo amigdaloide, que se compone de la corteza periamigdalina, el núcleo amigdalino y la estría terminal; el área septal; las formaciones olfatorias en las que se incluye el bulbo, el pedúnculo y la estría olfatoria, el lóbulo piriforme; el núcleo dorso mediano y el núcleo anterior del tálamo óptico, el hipotálamo; la corteza cerebral orbito frontal y el núcleo accumbens, (ver figura 1). Estas estructuras están compuestas de sustancia gris, cuerpos neuronales, de donde parten muchas de las respuestas emotivas que se expresan al mundo mediante acciones conscientes, originadas en la corteza cerebral, o inconscientes, mediadas por el sistema nervioso autónomo. Las regiones pertenecientes al sistema límbico se encuentran en la parte medial e inferior de los lóbulos temporales, a ellas llega la información proveniente del exterior y del interior del cuerpo a través de los receptores sensoriales y de ellas parte una respuesta emotiva, acorde con lo vivido y experimentado previamente.

Figura 1. Cara medial del hemisferio cerebral derecho que muestra las estructuras que forman el sistema límbico.

Fuente: SNELL, Richard. Neuroanatomía clínica. 4 ed. Buenos Aires, Argentina : Panamericana, 1999. p. 318.

Además de la corteza límbica, cierto número de estructuras subcorticales conforman el sistema límbico. Las estructuras subcorticales incluyen el hipocampo, la amígdala y los núcleos septales. Dependiendo del autor, la lista de estructuras límbicas puede expandirse para incluir porciones del hipotálamo y del tálamo, la habénula, los núcleos rafe, el núcleo tegmental ventral, el núcleo acumbens, los núcleos basales (de Meynert), la corteza orbital frontal posterior y otras.4
 
Al sistema límbico llegan fibras nerviosas provenientes del lóbulo frontal, el cual es responsable de la modulación consciente de las emociones y del comportamiento social de los seres humanos. Otras fibras traen información cinestésica y dolorosa de la formación reticular del tallo cerebral las cuales desencadenan emociones propias de cada persona de acuerdo a las experiencias previas. Así mismo el sistema límbico también recibe información proveniente de las vísceras a través de las conexiones con el mesencéfalo. Por otro lado a él llegan fibras provenientes de las neuronas dopaminérgicas, serotoninérgicas y noradrenérgicas de todo el sistema nervioso central. También se sabe que del sistema límbico salen fibras nerviosas hacia la corteza cerebral y el tálamo para modular las respuestas emocionales de forma consciente y guardar memoria de las mismas. Así mismo parten fibras hacia el tallo cerebral para dar origen a las respuestas autónomas o inconscientes y hacia el hipotálamo para las respuestas endocrinas u hormonales.

La primera función descrita del sistema límbico fue la interpretación de los olores que llegan al cuerpo a través del sentido del olfato y por ello en 1890 se le denomino rinencéfalo o encéfalo nasal al creer que esa era la única función que tenían estas complejas estructuras. Con el paso del tiempo se ha podido establecer que el sistemas límbico no solo es responsable de la interpretación del los olores y es por eso que actualmente se sabe que este sistema tiene que ver con las emociones, la memoria y las respuestas autónomas, además se ha determinado que los olores percibidos tienen un gran tono emotivo en los humano, porque, en este sistema las células responsables del olfato tienen conexiones con el núcleo amigdalino o amígdala cerebral, en donde un olor agradable puede desencadenar respuestas emocionales positivas y un olor desagradable puede producir un efecto contrario, de igual forma al tener contacto esta región con el hipocampo, que tiene que ver con los procesos de memoria, los olores son almacenaos en forma de recuerdos para en el futuro ser evocados y desencadenar sentimientos de acuerdo con las experiencias previas.

“El lóbulo temporal ventromedial incluye estructuras límbicas que son importantes en el procesamiento emocional La formación hipocámpica es crítica para el almacenamiento y llamado de sucesos de memoria. La amígdala es el “corazón y alma emocional” del cerebro y coadyuva a generar ansiedad.”5

Antes de continuar es pertinente hacer una aclaración para los lectores, cuando se menciona a la amígdala no se hace referencia al tejido linfoide que se encuentra ubicado en las paredes laterales de la garganta y que es un órgano de protección de la misma, sino al conjunto de cuerpos neuronales del tejido nervioso, sustancia gris, que tiene forma de una pequeña almendra y que se encuentra ubica en la base de los hemisferios cerebrales, por algunos autores ha sido denominada como núcleo o cuerpo amigdalino para evitar la confusión.

“El núcleo amigdalino se denomina así porque se asemeja a una almendra. Se ubica por delante y en parte por encima de la punta del cuerno inferior del ventrículo lateral.”6

Toda la información llega a la amígdala o núcleo amigdalino y de ahí se dirige hacia el hipocampo donde se asocia y se relaciona con experiencias previas vividas, luego pasa a través de la sustancia blanca, axones neuronales, a la corteza cerebral y en ella se almacena en forma de memoria. Simultáneamente esto ocurre se genera una respuesta apropiada que regresa a la amígdala y de ella al hipotálamo y demás centros efectores en los cuales se desencadena la respuesta emotiva según la información recibida y procesada por la complejidad de este sistema. Esa respuesta puede ser expresada por medio de los sentimientos, las acciones motoras y posturales o por respuestas autónomas inconscientes como son la sudoración, el aumento de la respiración o la frecuencia cardiaca, las sensaciones digestivas, el enrojecimiento facial o la palidez, entre otras.

“El hipocampo es una elevación curva de sustancia gris que se extiende en toda la longitud del piso del cuerno inferior del ventrículo lateral. Su extremo anterior esta expandido y forma el pie del hipocampo. Se denomina hipocampo porque se asemeja a un caballito de mar en el corte coronal.”7

Figura 2. Corte coronal del hipocampo y las estructuras relacionadas.


Fuente: SNELL, Richard. Neuroanatomía clínica. 4 ed. Buenos Aires, Argentina : Panamericana, 1999. p. 320.

Las emociones también influyen sobre la respuestas motoras del cuerpo porque las emociones no solo tienen que ver con los sentimientos propios de cada ser si no también con las acciones. Cuando se está de buen ánimo el tono muscular aumenta y cuando se está deprimido el mismo disminuye, limitando la realización ideal de algunos movimientos que se pueden hacer evidentes en la vida cotidiana, esto es posible debido a las conexiones del sistema límbico con la corteza cerebral, en la que los cuerpos neuronales originan todos los actos conscientes del ser humano, en ella también se presentan los procesos intelectuales que hacen la diferencia con los animales inferiores.

El sistema límbico también da respuestas inconscientes por sus conexiones con el hipotálamo que es fundamental para las funciones vitales, en el se encuentran los centros reguladores de apetito, de la sed, la saciedad, la sexualidad y la regulación del sistema endocrino u hormonal, es responsable de procesos como el crecimiento, de la reproducción, del metabolismo, de la regulación de la temperatura, de la osmolaridad del plasma sanguíneo, entre otras. Así mismo se conecta con el tallo cerebral donde también se controlan funciones vitales como son la regulación de la función cardiovascular, respiratoria y digestiva, y por eso las emociones pueden manifestarse a través de cambios en estos sistemas.

Estas manifestaciones emocionales se pueden hacer evidentes a través del rostro de cada persona puesto que los músculos de la cara se influyen directamente de las emociones, cuando se está alegre en la cara se nota un brillo especial y se transmite a los demás esa alegría, de igual forma cuando se está triste la expresión de la cara es evidente. Algunos autores refieren que la cara se manifiesta de manera emocional por sí sola independiente del control consciente de los músculos de la expresión facial que son mediados por el nervio facial, aseguran que los movimientos emocionales son mediados de manera inconsciente por centros subcorticales responsables del sistema límbico. Además se sabe que las expresiones emocionales en la cara son asimétricas porque cada hemisferio cerebral, responsable de la mitad de la cara del mismo lado, responde de manera diferente a los estímulos, siendo el lado izquierdo más emotivo que el derecho.

“Algunos investigadores sugieren que el control cerebral de los movimientos faciales voluntarios es muy diferente del de los movimientos faciales inducidos por las emociones (Rinn, 1984). Mientras la activación voluntaria del núcleo del nervio facial se alcanza mediante el sistema corticoespinal, se presume que hay sistemas subcorticales implicados en la activación emocional de la cara.”8

Las neuronas del sistema límbico interactúan a través de sinapsis químicas que usan sustancias conocidas como neurotransmisores, de los cuales se sabe tienen que ver con los estados anímicos y de los cuales se han identificado a sustancias como la serotonina, la dopamina, la norepinefrina, las endorfinas y la histamina, como fundamentales en los procesos emocionales. De ellas la serotonina produce bienestar y relajación, es un inhibidor de la agresión, la ansiedad, el miedo y la depresión, regula el apetito actuando en el centro de la saciedad, equilibra el deseo sexual e interviene en el ciclo vigilia-sueño siendo responsable del sueño, también tiene que ver con la modulación de la actividad motora y cognitiva. Por su parte la dopamina tiene que ver con el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación del sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje. Por otra parte la norepinefrina o noradrenalina que es similar a la adrenalina interviene en los procesos de vigilia y buen humor, le permite al cuerpo estar activo, y se sabe que debe estar en equilibrio con la serotonina para prevenir la depresión. Así mismo las endorfinas, consideradas los opiáceos internos del cuerpo humano por su similitud con los opiáceos externos, son responsables de los estados de felicidad, el placer sexual y el control del dolor por su acción en el sistema nervioso central. Por otro lado actualmente se ha descubierto que la histamina tiene receptores en el encéfalo a través de los cuales funciona como un neurotransmisor excitatorio que estimula la liberación de otros neurotransmisores como la acetilcolina, la dopamina, la serotonina y la noradrenalina, además tiene que ver con la reducción del sueño y el aumento del estado de alerta, así mismo estimula la liberación de vasopresina y otros neurotransmisores que regulan la ingesta de agua y comida, el aumento de la actividad motora y el efecto analgésico.

La forma cómo funciona el sistema límbico aun no está clara y por ello existen en el momento varias teorías que intentan explicar la funcionalidad del mismo, de ellas la teoría más reciente es la teoría cognitiva de Schachter, en la cual sugiere que la intensidad de una emoción puede resultar afectada por las respuestas corporales simultáneamente mientras el encéfalo continua evaluando la situación, que es cambiante en el tiempo, y de la cual guarda memoria para el futuro. Anteriormente a esta teoría se originaron la teoría de la psicología popular, en la que se sugiere que las emociones son las desencadenantes de las respuestas fisiológicas corporales. Después de ella apareció la teoría de James-Lange, en la que plantean que las respuestas corporales son las que dan origen a las emociones y no al contrario como se proponía previamente. Posterior a ella y antes de la teoría de Schachter fue descrita la teoría de Cannon-Band, en la que se plantea que el cerebro interpreta la situación vivida para decidir y producir una emoción acorde con los estímulos recibidos del exterior, (Ver cuadro 2).

Cuadro 2. Diferentes enfoques de la cadena de acontecimientos que tienen lugar durante una respuesta emocional.


Fuente: ROSENZWEIG, Mark; LEIMAN, Arnold y BREEDLOVE, S. Marc. Psicología biológica. Barcelona: Ariel Neurociencia, 2001. p. 557.

Por otro lado el sistema límbico por sus conexiones con el hipotálamo se comunica con la glándula hipófisis y por tanto puede originar manifestaciones a nivel del sistema endocrino, estas manifestaciones pueden ser evidentes en las respuestas fisiológicas desencadenadas por las diferentes emociones de los seres humanos. De igual manera las hormonas pueden repercutir en los estados emocionales, por ejemplo los andrógenos y la testosterona pueden aumentar la agresividad de los seres humanos, y es por eso que los hombres suelen ser más agresivos que las mujeres. Además son conocidos los efectos de la adrenalina y la noradrenalina, producidas en la medula de la glándula suprarrenal, en situaciones como el peligro, el miedo y el estrés, en las cuales suelen desencadenar respuestas de estimulación del sistema cardiovascular y respiratorio.

Para finalizar se puede afirmar que el sistema límbico se encuentra en la parte media del encéfalo y tiene conexiones con la mayor parte de las estructuras del mismo, de las cuales recibe información y a las cuales envía estímulos que desencadenan las emociones, además tiene conexiones con el sistema endocrino y también recibe influencia del mismo en el momento de desencadenar las emociones.


[1] ROSENZWEIG, Mark; LEIMAN, Arnold y BREEDLOVE S. Marc. Psicología biológica. 1 ed. Barcelona : Ariel Neurociencia, 2001. p. 554.
[2] Ibid., p. 554
[3] GUYTON, Arthur y HALL, John E. Tratado de fisiología médica. 10 ed.  México : Mc Graw Hill editores. 2003. p. 820.
[4]CLARK, David, BOUTROS, Nashaat y MENDEZ, Mario. EL CEREBRO Y LA CONDUCTA, NEUROANATOMIA PARA PSICOLOGOS. 2 ed. Mexico : Manual Moderno. 2007. p. 265.
[5] Ibid., p. 228.
[6] SNELL, Richard. Neuroanatomía clínica. 4 ed. Buenos Aires : Panamericana, 1999. p. 319.
[7] Ibid., p. 318.
[8] ROSENZWEIG; LEIMAN y BREEDLOVE. Op.cit., p. 561.


BIBLIOGRAFIA

BUSTAMANTE, Jairo. NEUROANATOMÍA FUNCIONAL. 2 ed. Bogotá : Celsus, 1994. p. 301-310.

CLARK, David, BOUTROS, Nashaat y MENDEZ, Mario. EL CEREBRO Y LA CONDUCTA, NEUROANATOMIA PARA PSICOLOGOS. 2 ed. México : Manual Moderno. 2007. P. 211-279.

GARRISON, Mark y LOREDO, Olga. Psicología. 2 ed. México : Mc Graw Hill editores. 2004. p. 141-161.

GUYTON, Arthur y HALL, John E. Tratado de fisiología médica. 10 ed. México : Mc Graw Hill editores. 2003. p. 817-829.

ROSENZWEIG, Mark; LEIMAN, Arnold y BREEDLOVE S. Marc. Psicología biológica. 1 ed. Barcelona : Ariel Neurociencia, 2001. p. 551-630.

SNELL, Richard. Neuroanatomía clínica. 4 ed. Buenos Aires : Panamericana, 1999. p. 315-326.

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